Son el mismísimo diablo en forma de mancha, los restos más difíciles de eliminar (exceptuando las sustancias indelebles como, por ejemplo, un rotulador permanente). Y es que no se van con un simple lavado a máquina. Hay que tratarlas previamente y tomar medidas más drásticas que nos obligan a gastar más tiempo y esfuerzo.
Por eso, si nos preparamos para combatirlas antes de que se produzcan, tendremos media batalla ganada. Toma nota sobre las mejores tácticas para acabar con las manchas de aceite y grasa.
El aceite es una sustancia que no es soluble en agua. De hecho, y como ya habrás comprobado en alguna ocasión, si tratas de mezclar agua y aceite verás que esta última queda encima y no llega a diluirse.
Por eso necesitamos una sustancia como el jabón, capaz de hacer que el aceite se disuelva en el agua y poder así hacerlo desaparecer de los tejidos y otras superficies.
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