embarazo
La herida quirúrgica de una cesárea, que afecta al útero y al abdomen puede resultar más dolorosa y conllevar más tiempo de recuperación que una episiotomía (pequeña incisión que se realiza en el periné para de minimizar el riesgo de desgarro en el momento de la salida de la cabeza del bebé). Aunque, “en general, la recuperación es mejor cuando el parto es vía vaginal, la diferencia suele ser mínima e incluso hay pacientes a las que les cuesta más recuperarse de los puntos que conlleva este parto que a las madres a las que se les ha practicado una cesárea”, explica Mercedes Andeyro, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de Villalba en Madrid. No obstante, puede darse el caso de madres que “tras la cesárea, necesiten más apoyo de su entorno y profesional sanitario, porque psicológicamente les puede costar asimilar que su parto haya sido diferente a cómo esperaban”, añade la doctora.
Las cifras sobre el número de cesáreas que se practican al año en España varían según se trate del la sanidad privada o pública. A entre un 28 y un 38% de las mujeres que dan a luz en el sector privado, se les practica la cesárea y entre un 15 y un 25% en la sanidad pública. Estas cifras se alejan del 19% que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los datos también varían entre los diferentes centros hospitalarios y las distintas comunidades autónomas, las menores tasas de cesáreas se localizan en el País Vasco (16,3% en 2014) y las mayores en la Comunidad Valenciana (29,5% en 2014). Pero, ¿a qué se debe la diferencia entre estos datos? “A cuestiones como que el parto esté demasiado personalizado y el ginecólogo adapte el momento de dar a luz a su agenda, como ocurre más a menudo en la sanidad privada o saltarse algún paso del protocolo estandarizado que indica cuándo es necesaria una cesárea y adelantarse en la decisión de llevarla a cabo”, explica la ginecóloga Mercedes Andeyro, que ofrece respuestas a las siguientes preguntas:
Cuando existe un riesgo para la madre o para el recién nacido. Siempre es preferible el parto vaginal, pero existen situaciones en las que esta vía conllevaría peligro para la salud de la madre o del bebé, como en el caso de determinadas posiciones del feto (colocado de nalgas en vez de cabeza).
En ocasiones, los riesgos son conocidos desde antes de que llegue la hora del de parto, por lo que se opta por una cesárea programada, pero otras veces los riesgos se detectan durante la fase de dilatación del parto y se requiere una cesárea urgente, como en el caso del desprendimiento prematuro de la placenta, prolapso de cordón umbilical (enredado en el cuerpo del bebé), una pelvis estrecha en comparación a la cabeza del niño/a o que las contracciones y el proceso del parto se detenga y no avance.
Sí, o al menos así debería ser, si no hay contraindicación. Cuando decidimos realizar una cesárea es porque el parto vaginal no es seguro para la madre, el recién nacido o para ambos.
No existe un perfil establecido, pero sí hay factores de riesgo que aumentan la probabilidad de practicar una cesárea, sobre todo si coinciden varias circunstancias, como en el caso de: mujeres mayores de 40 años, con obesidad, sin antecedentes de parto por vía vaginal o que hayan tenido ya una cesárea debido a que el bebé era muy grande (más de cuatro kilos).
No influye, excepto en el caso de que el parto esté condicionado por una enfermedad hereditaria que contraindique el parto vaginal. Como cuando una madre tiene una enfermedad neurológica que le impide tener un parto vaginal. Si su hija también la padece, habrá que practicarle la cesárea.
Sí, puede amamantar a su hijo/a. Aunque puede costar algo más de tiempo la adaptación al proceso de la lactancia debido a que la madre se encuentra más molesta y limitada por el dolor derivado de la cirugía. La lactancia materna es un proceso que comienza en el mismo quirófano al realizar el contacto piel con piel, práctica que se realiza cada vez en más centros hospitalarios y que también ayuda a mantener la temperatura corporal del recién nacido y favorece el vínculo entre madre e hijo/a.
Una mujer que ha tenido un parto vía cesárea puede recuperarse sin complicaciones con indicaciones como:
Tras el parto por cesárea, la madre puede caminar, subir escaleras, levantar objetos de peso y realizar actividad física. A medida que la mujer se recupere, también puede retomar las relaciones sexuales durante el puerperio (período de tiempo que dura la recuperación completa del aparato reproductor después del parto y que suele durar entre cinco y seis semanas).
La tendencia general es hacia la práctica de la cesárea humanizada. Aunque no todos los centros sanitarios contemplan esta opción y por ello, conviene consultar las páginas webs de los hospitales para elegir el que más se ajuste al ambiente y protocolo deseado a la hora de dar a luz. Algunos hospitales públicos ya potencian aspectos como:
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