Fantástico interior, ciclo expositivo en La Casa Encendida comisariado por Rafa Barber Cortell, consta de cuatro episodios que tienen lugar durante todo el año. Cuatro artistas: Ad Minoliti, Marina González Guerreiro, Eva Koťátková y Korakrit Arunanondchai han sido invitados a pensar la intimidad, la importancia del autocuidado, la potencialidad creadora de la soledad o el papel de los cuerpos en la construcción de comunidades. En resumen a mirar cada cual hacia su “mundo interior”.
Foto de portada y sobre estas líneas: Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
La realidad no es pensable sin un sujeto de experiencia, sin un yo, por eso la interacción entre el mundo exterior y el interior es acotada a la medida de los seres humanos. La imagen de la intimidad, el estar con uno mismo, la subjetividad forman parte de los mundos interiores, pero también el sentido de pertenencia y creación de comunidades y colectividades. Las emociones junto con lo que la mente proyecta no tiene fin. Por eso Fantástico interior ciclo expositivo en La Casa Encendida, a través de cada una de las escenas aborda el “interior” relacionándose con los diferentes momentos en los que las emociones han dado forma a nuestra existencia.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Por orden cronológico la muestra de Ad Minoliti tiene que ver con la construcción política de la infancia. Mientras que la de Marina González Guerreiro trata de espacios de transición como la adolescencia. La exposición de Eva Koťátková tratará de construir lugares de entendimiento y empatía desde la madurez. Por último, la propuesta de Korakrit Arunanondchai se acerca a las formas de curación colectiva tras procesos traumáticos con la figura de su abuelo como hilo conductor. Un recorrido en el tiempo por las intimidades de los artistas a través de sus expresiones artísticas.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Fantástico interior toma su título de una colección de relatos de varios autores compilada por la escritora Pilar Pedraza. Según el comisario, “Ahora que volvemos a la celeridad, a la reunión de los cuerpos y a una forma de vida que se deja llevar, tal vez es tiempo de mirar a un presente lleno de individuos que están más conectados que nunca pero más solos que antes. Tiempo de mirar a cómo se han construido las paredes que delimitan nuestra intimidad hoy, a los cambios que éstas han sufrido y a lo que significa lo privado en los tiempos de la hiperconexión”.
La primera intervención de este recorrido es Cuentos peluche de Ad Minoliti (Buenos Aires, Argentina, 1980) que tiene lugar del 27 enero al 27 marzo. Esta primera parada hacia el interior propone una vuelta a la infancia, a ese punto de partida de los sujetos. La exposición imagina una infancia que no se bifurca en dos direcciones, sino que busca con cuidado sus opciones, porque como dice le artiste “tal vez ha llegado el momento de que los niños dejen de ser el futuro para ser capaces de decidir su presente”.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Cuentos peluche es una instalación inmersiva que navega de forma sutil por las estrategias simbólicas que el sistema utiliza para dar forma y asignar una identidad desde que comenzamos a existir dentro de un sistema binario. Minolti crea para Fantástico interior ciclo expositivo en La Casa Encendida un bosque geométrico ficticio en la sala. Un bosque como aquel por el que caminaba Caperucita Roja. En este escenario se presencia una narración distinta a la que siempre nos contaron y conoceremos a una Caperucita que ha devenido en CAp y que en el bosque conoce a Lobe.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Este espacio salvaje por el que Caperucita temía caminar sola se convierte en un paisaje multicolor inspirado en el arte geométrico y en el diseño doméstico de los años 70 y 80. Minoliti, que se formó en el campo de la pintura, entiende esta técnica como un campo expandido que es capaz de crear atmósferas inmersivas como la de este bosque de fábula en el que conviven grandes murales con pequeñas obras sobre lienzo. Le artiste propone alternativas rebeldes en las que lo blando, lo tierno, lo infantil y lo suave son protagonistas.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Una vez creado el entorno, CAp y Lobe se encuentran y deciden conocerse y pasear por este bosque que ya no es un lugar de peligro sino todo lo contrario; aquí no hay prejuicios ni moralidades impuestas. Esta historia se cuenta en el espacio a través de una fotonovela que a modo de cuentacuentos nos recibe en la sala y recoge las acciones de una performance interpretada por Hapi Hapi y Marcus Massalami que se activará en directo en dos ocasiones.
Ad Minoliti, Cuentos peluche, La Casa Encendida, 2022. Foto: Bego Solís.
Dos figuras nos reciben en este espacio vistiendo los mismos vestidos que CAp y Lobe lucen durante la performance. Los atuendos son obra de Feli Quispe con una cita homenaje a Susy Shock. Son furries, personajes conocidos en la cultura pop caracterizados por imaginar una trans-especie de aspecto animalesco, pero con capacidades humanas.
La exposición intenta cuestionar un sistema de representación donde conceptos como la inocencia o la ternura se ven despolitizados para transformarse en herramientas con las que, en ocasiones, se niega a la infancia la autoridad sobre su cuerpo.
Tras Minolti, Fantástico interior ciclo expositivo en La Casa Encendida da la bienvenida a la primavera con Marina González Guerreiro (A Guarda, España, 1992). Del 20 de abril al 19 de junio el trabajo de Marina se centra en la belleza de los instantes rutinarios a los que a veces no se presta toda la atención que merecen. Lavar, ordenar, barrer son pequeños actos que se vuelven centrales y reivindican una relación con los objetos y con el tiempo que se enfrenta, sin violencia, a la aceleración del presente.
Marina González Guerreiro, Una Promesa (2019). Galería Rosa Santos. Fotógrafo: Guillermo Etchemendi.
Para su primera exposición en solitario presenta un nuevo cuerpo de trabajo sobre la gramática emocional vinculada a la adolescencia. El cambio de etapa o el comienzo de algo nuevo, conviven con los referentes de carácter espacial o visual característicos de su obra. La idea de los espacios intermedios que conectan otros espacios, como un puente o una ventana, funcionan como puntos de partida para una exposición que parte de lo pequeño para construir una gran instalación.
Ya en pleno verano, Eva Kot’átková (Praga, Republica Checa, 1982) presenta del 6 de julio al 2 de octubre una instalación transitable. La artista utiliza piezas de ropa cosidas de forma comunitaria sobre una gran estructura de metal. La pieza se convierte en un organismo que alberga y representa a animales, personas, plantas y objetos analizando sus relaciones entre sí.
Eva Kot’átková, 2019. Machine for Restoring Empathy
Un ejemplo del enfoque participativo de Koťátková es la activación de esta pieza a través de talleres de costura y narración. En ellos, diferentes grupos de visitantes comparten sus experiencias. Y cuentan relatos mientras realizan estas labores dando lugar a elementos que dan forma a la propia obra. Una pieza de encuentro con los otros, empatía y escucha. También, un espacio para ‘ponerse en el lugar del otro’, una cualidad humana que en muchas ocasiones solo se alcanza en la madurez.
Fantástico interior, ciclo expositivo en La Casa Encendida finaliza con Korakrit Arunanondchai (Bangkok, Tailandia 1986) del 19 de octubre de 2022 al 8 de enero de 2023. Arunanondchai examina la capacidad de curación de los chamanes después de la masacre de Jeju en 1948 en Corea del Sur. Las narrativas personales centradas en el abuelo del artista recientemente fallecido y las referencias culturales populares de la trilogía cinematográfica Los juegos del hambre se combinan en el contexto de las protestas estudiantiles actuales en Tailandia.
Korakrit Arunanondchai. Songs for dying, 2021. HD video un canal,, color, sound. 30:18 min. Co-comisionado por la 13 Gwangju Biennale, Han Nefkens Foundation, y Kunsthall TrondheimUna tortuga rodeada de flores locales sirve como símbolo del abuelo moribundo del artista. Un piso hecho de tierra mezclada con pintura de látex, resina y conchas marinas secas conforma el paisaje de la instalación. La instalación presenta un perfil de Boychild, un artista de performance queer estadounidense y uno de los principales colaboradores del artista. Korakrit Arunanondchai combina narrativas históricas con su cosmología personal. Trazar desde ahí un nuevo relato que no es lineal y que existe entre diferentes topografías. Sus instalaciones cuestionan la cultura occidental y como se construye invitando al espectador a abrirse a nuevas formas de narrar, más transversales, horizontales e inclusivas.
Korakrit Arunanondchai and Alex Gvojic, Songs for living, 2021. HD video un canal, color, sound. 20:51 min. Co-comisionado por Migros Museum für Gegenwartskunst y Kunstverein en Hamburgo con el soporte de FACT, LiverpoolPor medio de esas cuatro escenas, así como de distintas activaciones de carácter performativo y de un epílogo a modo de publicación que recoge todo el proceso, Fantástico interior ciclo expositivo en La Casa Encendida busca crear una polifonía que, como una de esas conversaciones pausadas que se tienen en la intimidad, aspira a tejer una red de empatías de la que el visitante a la Sala A de La Casa Encendida se pueda sentir parte.