La jugadora del Sporting de Huelva, internacional con el país africano, está llevando a cabo un proyecto solidario que busca ayudar a los niños y niñas dotándoles de recursos
Fatoumata Kanteh i Cham nació hace 24 veranos en Banyoles, un municipio de poco más de 20.000 habitantes de Girona. Su padre, Mussa, es natural de Gambia, y su madre, Mokeh, de Senegal, por lo que ella posee las tres nacionalidades y un abanico de posibilidades para ser internacional que acabó reduciendo por las ganas de defender sus raíces.
"Nunca me he planteado jugar con España. Ni me han llamado ni me he visto preparada porque la selección tiene un equipazo. Además, a pesar de que llevo jugando aquí toda mi vida hay árbitras que aún se dirigen a mí hablándome en inglés", cuenta entre risas. "Yo me lo tomo con humor y a veces incluso les contesto en catalán", continúa la protagonista, que ha jugado en el UE Porqueres, DUX Logroño y Sporting de Huelva, donde cumple su tercera temporada y el culpable de su marcado acento andaluz.
El pasado 25 de octubre debutó con la selección de Gambia después de un recorrido burocrático esperpéntico. Llevaba tiempo intentando contactar con la Federación a través del correo electrónico para comentarles de su existencia, pero fue a través de un periodista nigeriano (Samuel Ahmadu) cuando consiguió ponerse en contacto con la dirección deportiva de la selección. Intercambiaron mails, llamadas, vídeos y finalmente llegó la convocatoria para los partidos de clasificación para la Copa África.
Fatou tuvo que pagarse el billete de ida a su país porque la Federación no se fiaba de que fuera un engaño. Ya ha sufrido el fraude de más de una jugadora que se ha pasado por futbolista profesional jugando en otro país y al final ha demostrado ser una estafadora. "Tenía tantas ganas de jugar que no me importó. Además, ellas estaban concentradas en Liberia y lo más operativo era que yo fuera directamente al partido de vuelta. Cogí el primer vuelo que pude y me lo abonaron a posteriori presentando la factura", cuenta quitándole importancia.
Debutó en el Independence Stadium de Bakau ante Sierra Leona (1-1) con titularidad y gol en el minuto 23 para Kanteh. "Aquel día lo recordaré toda la vida", rememora Fatou. "Fue una jornada de muchas emociones y un resultado mejor de lo esperado", cuenta. "Ningún jugador o jugadora de Gambia había logrado antes lo que yo hice marcando en el debut. Fue una experiencia espectacular que espero tenga continuidad en las próximas ventanas FIFA", subraya. Gambia se medirá a Camerún en el mes de febrero (14 y 23 de este mes) en la segunda ronda de la fase de clasificación de la Copa África de 2022.
Después de aquel partido, el presidente de la Federación (Seedy Kinteh) bajó a felicitar al equipo al vestuario y tuvo palabras de agradecimiento para una Fatou que espera haber escrito la primera página de un libro con muchos capítulos. "La familia de mi padre se puso muy contenta al saber que iba a jugar con Gambia. Le dijeron a todos sus amigos y conocidos que la hija de Mussa iba a jugar con la selección. Estaban orgullosos de mí", asevera. "El deporte femenino, y más concretamente el fútbol, ha evolucionado mucho en Gambia. Cuando yo era pequeña, si te veían con un balón, eras una marimacho y diana de insultos y descalificaciones, pero afortunadamente la sociedad está cambiando y las futbolistas ya somos aceptadas en el entorno", resume.
La vinculación de Fatou con Gambia va más allá del apellido y los orígenes. Y así quiere que siga siendo. Es por ello que hace un año inició un proyecto que tiene como fin crear una Escuela de Fútbol en el pueblo de su padre (Dibirou) y comenzar una colaboración con un equipo de la capital (Banjul) y ayudarles con ropa y material deportivo. "La idea es viajar el próximo verano allí para llevarles todo el material que estoy recopilando. El Sporting de Huelva y las compañeras que tengo y he tenido están ayudando con lo que pueden, tanto ropa deportiva como de calle, pero todo es bienvenido", subraya.
Un viaje que realizó siendo más pequeña con sus hermanos a Dibirou acentuó el gen solidario de Fatou. "Cuando estás allí te das cuenta de lo que es verdaderamente importante. Hay muchos niños que desayunan sin saber si será la única comida que puedan hacer en el día; que tienen ropa heredada y rota por mil sitios porque no tienen opción de comprar otra; que ven en el fútbol una válvula de escape de la realidad que viven", enumera. "He podido convivir con ellos, empaparme de su cultura y sus ganas de vivir. Quiero ayudarles en la medida que me sea posible y creo que a través del fútbol es una buena herramienta", destaca.
El presente de Kanteh es el Sporting de Huelva, equipo en el que disfruta de su tercera temporada y donde este curso ha jugado 13 partidos, 1.045 minutos y ha anotado un gol. "Tuve un periodo de adaptación porque el cambio de Logroño a Huelva lo noté en todos los aspectos: el entorno, la gastronomía, el clima... aquí hace un calor tremendo, pero ya me he acostumbrado", cuenta entre risas.
El equipo es actualmente decimocuarto con 9 puntos al término de la primera vuelta, a cuatro puntos de distancia de la zona de descenso. "La primera vuelta nos ha dejado un sabor agridulce. Hemos empatado demasiados partidos (9). Es cierto que no hemos perdido muchos, pero nos está costando conseguir la primera victoria de la temporada. Estamos trabajando en ello y seguro que pronto llegará", resume. A sus 24 años y ya internacional con Gambia, Fatou es una jugadora a seguir de cerca.