Elvira Rodríguez, vicesecretaria Sectorial del Partido Popular, diputada por Madrid, exministra y expresidenta de la CNMV, visita la redacción de Vozpópuli para analizar la compleja situación económica del país, con unas previsiones de crecimiento hechas trizas. Rodríguez critica la falta de transparencia del Gobierno de Pedro Sánchez con los fondos europeos y la ausencia de diálogo con el principal partido de la oposición, y alerta sobre una "contrarreforma laboral" que en vez de modernizar va hacia atrás, una reforma de las pensiones que cree basada en cálculos que no cuadran y una reforma fiscal que duda que llegue a hacerse y si así fuera, prevé que recaerá sobre las clases medias.
Pregunta: Esta semana ha arrancado el primer gran PERTE asociado a los fondos europeos. Un macroproyecto esperado por todos, pero instituciones y expertos advierten de que la llegada del dinero se está retrasando demasiado. ¿Por qué el dinero europeo no está llegando a su destino? ¿Cree que esto supone un riesgo para la recuperación económica de España?
Respuesta: Está ocurriendo porque diseñaron un procedimiento muy poco adecuado para aplicar los recursos que venían de Europa y porque tienen [el Gobierno] bastante incapacidad de gestión. Lo que acaba de hacer la Comisión es aprobar el PERTE en su concepción de compatibilidad con las ayudas europeas, pero al PERTE del coche eléctrico que anunciaron a bombo y platillo allá por la primavera, le queda todavía mucho recorrido porque ahora hay que adjudicar en concurrencia las distintas líneas de ayuda. Lo que han dicho es que tiene un importe de 3.000 millones para la parte industrial del PERTE y ya veremos cómo lo diseñan.
Cuando hablas con las empresas, dicen que no saben cómo les van a llegar los fondos. Por tanto, tardará todavía en tener impacto sobre la economía. En este momento, de los 24.000 millones presentes en el Presupuesto de 2021, hay contabilizados no más de 8.000 millones con los datos de la IGAE, que van con un mes de retraso. Pero en cualquier caso, esos tampoco han llegado a la economía porque la mayor parte ha ido a organismos intermedios.
Por tanto, gasto efectivo no estamos viendo, como tampoco estamos viendo reformas estructurales que de verdad quiten trabas a nuestra economía para que siga creciendo, lo que hace que la ejecución de los fondos europeos sea bastante desilusionante. El crecimiento que habían calculado como consecuencia de la aplicación de los fondos estaba en torno a los 2,9 puntos de PIB, pero han desaparecido por el camino.
P: Para que el dinero fluya, necesitamos cumplir una serie de hitos y compromisos con Bruselas. Algunos con carácter legislativo que tendrán que pasar por el Congreso. ¿Ve a Sánchez con capacidad para alcanzar consensos?
R: Lo que me preocupa es que está regulando materias estructurales con reales decretos leyes, pero esto es una anomalía democrática. Se basan en que son hitos que tienen que cumplir antes del 31 de diciembre, pero es una necesidad confeccionada. Desde que elaboró el Plan el 1 de enero, el Gobierno lo podría haber puesto en marcha de otra manera. La aprobación de leyes es mucho más complicada y cada vez que quieren hacer algo, y a las pruebas del Presupuesto me remito, como tienen que unirse a un montón de partidos y con nosotros no quieren ni hablar, realmente cuesta mucho.
P: Además del riesgo de los retrasos, otra de las preocupaciones se encuentra en el uso que se haga de esos fondos Next Generation. ¿Qué opina de las ayudas lanzadas hasta el momento? ¿Son realmente transformadoras o teme el dinero público se malgaste?
R: Han lanzado muy pocas. Han acudido a las comunidades autónomas para que gestionen ayudas a la rehabilitación energética de edificios, pero los consejeros nos están diciendo que van a tener muy difícil encaje porque necesitan cofinanciación importante de los particulares y no van a tener clientes. Hay muchas de las ayudas energéticas que se ve que no tienen éxito cuando se sacan al mercado. Tendría que haber más ayudas a empresas de mediano tamaño con proyectos interesantes que pudieran tener futuro, que generaran creación de empleo y que permanecieran en el tiempo. Eso se está echando en falta y el dinero se puede malgastar si no se cumplen los objetivos que debemos perseguir. Hay que ser más verdes y más digitales, pero el objetivo último tiene que ser generar crecimiento sostenible y empleo estable. A eso tendrían que ir encaminadas las inversiones y reformas estructurales que se hagan.
P: España se está quedando rezagada en la recuperación económica. Así lo han manifestado tanto la OCDE como la Comisión Europea. Pero el Gobierno se resiste a revisar sus previsiones, en las que basa los presupuestos del próximo año. ¿Qué opina de esto?
R: Que se equivoca radicalmente, porque además lo que hace es deteriorar su imagen y la imagen país. Al país no lo deteriora una oposición responsable que pone de manifiesto las cosas que no están bien, al país lo deteriora un Gobierno que anda jugando a no se sabe qué. El empecinarse en una cifra y un objetivo de crecimiento que ha sido revisado por la Comisión Europea en un 30% para este año, y en un poco más de un 20% para el año que viene, no conduce a ningún sitio. España necesita inversión exterior, pero hay poca seguridad jurídica y eso también nos perjudica.
P: La inflación sigue su escalada, impulsada por los precios energéticos. ¿Por qué el Gobierno no ha sido capaz de controlarlos? ¿La inflación supone un problema añadido para cumplir las previsiones de crecimiento el próximo año?
R: La inflación nos puede llevar a conseguir recaudación; pero esa recaudación ni es sana ni es duradera ni sostenible en el tiempo. Lo que produce es que retrae el consumo en el medio plazo con un grave perjuicio para las personas, que tienen menos por mucho más dinero. Hay factores exógenos pero también tenemos un recibo de la luz que tiene una carga impositiva altísima. Nosotros les dijimos que podían bajar estructuralmente el IVA al 10%, que se eliminara el impuesto de generación y que usaran los derechos que cobra el Gobierno por emisiones del CO2 para abaratar la factura, pero no lo han hecho.
Esa corrección a la baja favorecería a muchos hogares y pequeñas empresas y también bajaría la inflación, porque esas empresas tienen que repercutir en sus precios la subida de costes. Pero el Gobierno ha dicho que la culpa la tienen los beneficios excesivos de las empresas, ha hecho un real decreto ley, que ha tenido que corregir con otro real decreto ley que no resuelve los problemas, y está haciendo una regulación energética que no es adecuada para lo que necesitamos.
P: Ustedes denunciaron que el Gobierno ocultaba el pacto que había alcanzado con Bruselas en el Plan de Recuperación, poco después el Ejecutivo publicó el 'Operational Arrangement'. ¿Les satisfizo? ¿Qué más se está ocultando (informes de la reforma laboral, etc.)?
R: Este Gobierno se caracteriza por no entiender lo que es gobernanza. Los principios de transparencia no van con ellos. Lo normal es que cuando haces un Plan de Recuperación en un momento tan delicado, en el que tienes que incluir reformas estructurales, hables con el principal partido de la oposición para trabajar juntos. Eso no lo hizo desde el principio. Nosotros conocimos el Plan porque lo colgó la vicepresidenta Calviño en un tuit, una cosa sorprendente. Tampoco las comunidades autónomas lo conocen, pese a que son asuntos de su competencia. El Operational Arrangement son los requisitos que para el pago del primer tramo les pone Europa.
Y cuando lo hemos analizado, hemos visto cosas que no nos habían contado, que tienen que ver con la reforma del sistema de pensiones, la laboral, o con el pago por peaje de las autopistas. Tampoco tenemos información de las partidas exactas a las que se destinan los 10.000 millones del primer tramo. Si analizas la letra del Operational Arrangement, no lo encuentras, no aparecen partidas consignadas y cuantificadas y es más de lo mismo. Dicho en román paladino, no tienen derecho a hacer eso, los españoles tenemos derecho, ya no hablo como partido de la oposición, a conocer qué es lo que está haciendo el Gobierno con ese dinero, que nos ha dado Europa a los españoles, no al Gobierno, lo ha dado por nuestro bien, para la recuperación.
P: La Comisión Europea ha alabado repetidamente la reforma laboral del PP de 2012 y sus efectos favorables en la recuperación. ¿Ha metido el Gobierno un gol a Bruselas incluyendo su derogación, o al menos, partes de ella, en el Plan de Recuperación?
R: Creo que todavía no hemos visto el final del relato, tenemos que ver hasta dónde llegan. Ellos, el Gobierno, pegados a las peticiones de los sindicatos, con una serie de pilares que para ellos eran irrenunciables pero que eran incompatibles con lo que está pidiendo Europa: sobre los convenios de las empresas de rama, la facultad de las empresas de descolgarse del convenio, la ultraactividad.
Para ellos era irrenunciable, era lo que decían los sindicatos, decían de aquella manera que era lesivo para los trabajadores. No han tocado para nada las indemnizaciones por despido, ni el Ministerio ni los sindicatos, y Europa pedía que se tomaran medidas para resolver dos cosas: la dualidad del mercado de trabajo, por qué tenemos tantos temporales y tantos fijos, y qué es lo que estaba produciendo.
Las soluciones que da el Gobierno son muy raras, porque son las de siempre: yo ahora prohíbo el trabajo temporal, pero no se pueden poner puertas al campo, se tiene que seguir permitiendo la causalidad, hay causas para el trabajo temporal, admiten, pero añaden que si dura más de 6 meses en el puesto el empleado se convierte en fijo, cuando a la empresa se le ha hecho un encargo de 10 meses, y le dicen que haga un fijo discontinuo, pero a la empresa no le vale. Están con ese lío. Europa también percibió que los parados de larga duración son muchos y se siguen incrementando y de edades altas y que tenemos mucho desempleo juvenil.
Pidió mecanismos de empleabilidad para estos colectivos muy afectados por esta situación de desempleo. Además, su estructura es el doble justo que los países de nuestro entorno, con la misma crisis. Qué pasa con el mercado español, que tiene un problema de crecimiento y de creación de puestos de trabajo. Y también, en las reuniones que tengo con empresas, me transmiten que ofertan puestos de trabajo que no encuentran demanda, hay muchísimos desempleados, pero no encuentran los perfiles: hay que resolver el problema de empleabilidad, en los jóvenes que se incorporan por primera vez y en los mayores cuyo puesto de trabajo se ha vuelto obsoleto, pero pueden y tienen derecho a seguir trabajando.
Es lo que dijo Von der Leyen cuando nos daban el anticipo: a una pregunta de un periodista sobre la reforma laboral, habló de empleabilidad, conseguir que las personas desarrollen la capacidad necesaria para los puestos de trabajo que podrían ocupar. El Gobierno debería estar concentrado en eso y no en lo que llaman, no deja de tener gracia, modernización del mercado de trabajo, cuando es ir hacia atrás, una contrarreforma, no una reforma. Creo que no se ha dicho la última palabra, veremos qué pasa en cuatro meses.
P: ¿Qué defiende el PP para la reforma pensiones? Abogaron por ligarlas al IPC pero luego defienden su reforma de 2013 que no se ha llegado a aplicar…
R: Nosotros defendemos nuestra reforma del 13, firmamos el Pacto de Toledo pero había compromiso de que la subida del IPC formaba parte de un conjunto y de un sistema sostenible. No querían el Factor de Sostenibilidad y decían que iban a crear un mecanismo, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Nosotros dijimos: de acuerdo, pero el sistema tiene que ser sostenible, no quieres lo mío, pero tienes que poner una alternativa que sea sostenible.
El Gobierno ha hecho una cosa muy rara, que querían los sindicatos. No han sido capaces de pactar, han decidido que se generen ingresos cobrando un plus de cotización durante 10 años a los trabajadores actuales para generar un hipotético fondo de reserva, cómo con un organismo que está en déficit. Escrivá piensa que en 2023 ya no habrá porque le va a pasar los gastos a Hacienda y a partir de ahí crea un fondo que cubre las necesidades futuras. Esos cálculos no nos los han dado, eso no lo ha demostrado, nos quedamos con el nuestro, que Bruselas dijo que cuadraba.
P: La reforma fiscal se viene anunciando con importantes subidas de impuestos en perspectiva sin que esté claro que se vaya a hacer en esta legislatura. ¿Qué impacto tiene en empresas e inversores y en la imagen de España?
R: A mí no me cuadran las cifras, creo que vuelve a haber aquí ideología, lo que es fatal para crear un sistema tributario moderno que genere recaudación y no coarte el crecimiento. Lo que importa es la recaudación, a partir de las bases imponibles, la riqueza del país, o un consumo que se quiera desincentivar. Los impuestos verdes no deberían computar, su objetivo es recaudación cero, a no ser que su objetivo sea la recaudación, es otra cosa lo que pretenden. En este contexto, es cierto que los sistemas tributarios deben adaptarse a las circunstancias. Pero como lo que están haciendo es ideología, lo que están vendiendo es otra cosa, subir 8 puntos la presión fiscal, y no explican cómo.
En el empleo no les importa no equipararnos con Europa pero en presión fiscal, sí, pero es una trampa. Lo que hay que mirar es qué impuestos se pagan en España y el efecto de la economía sumergida que genera recaudación pero no PIB. Cuénteme cómo puede subir 80.000 millones la recaudación y de dónde la saca. De los ricos, pero para pagar eso en España no están y los que hubiera están en Portugal, que ha seguido una política tributaria completamente diferente porque le ha interesado y, ¿quién lo va a pagar?, la clase media, los de siempre. Montero dice que no sube impuestos a la clase media, pero ha subido el impuesto a las primas de seguro un 50%.
Quién paga impuestos a los seguros: los españoles con coche, de nuestra casa y las pymes, que pagan el seguro de RC. ¿Son los ricos?, no. A mí los tiempos no me salen, los impuestos no se pueden crear en leyes de Presupuestos, no sé si tendremos alguno más que estos del 22, que llevan unos pequeños retoques, y no veo una reforma fiscal que vaya a recaer sobre las clases medias en vísperas de las elecciones autonómicas, sin contar con las generales, que al margen de Andalucía, caen en mayo de 2023. Veremos, a la ministra le gusta vender que va a hacerla, y la de la financiación autonómica.
P: ¿Cree que se va a hacer la reforma de la financiación autonómica?
R: No, si va a cambiar el sistema impositivo, cambia las bases para hacer una nueva financiación autonómica, porque lo que están repartiendo son los impuestos que pagamos los españoles, pagamos uno que se reparte entre Administraciones. El mejor ejemplo lo tenemos en Madrid, que ha rebajado el IRPF 0,5 puntos en todos los tramos, es el mejor ejemplo de un impuesto repartido: con el 50% de la recaudación puedes hacer lo que quieras, salvo que digan que no puedes hacer lo que quieras porque hace dumping fiscal. A ver, no te metas con lo que elijo, si decido dar subvenciones a todos te vale, pero si bajo impuestos, no, es este debate absurdo.
P:¿Los barones del PP no comparten la posición a favor de impuestos bajos de Madrid como plantea la ministra de Hacienda?
R: A Montero le oímos de todo en la tribuna. Cuando viene a la Comisión, dice que no hay dinero, pero luego Sánchez da un fondo de 12.000 millones; dijo que tendríamos nuevo modelo de financiación a finales de año, y ha mandado un estudio de 120 folios sobre población ajustada, sobre lo que nadie está en desacuerdo, pero hay una parte subjetiva, hay un debate, como dijo con desparpajo en el Congreso: “Señores del PP, ustedes tienen que resolver los problemas con sus CCAA, yo resuelvo con los míos, todos tenemos el mismo problema". Lo sabemos, pero toda la vida el que lo ha resuelto es el Ministerio de Hacienda, que es quien tiene las herramientas, no los partidos políticos, no le vamos a hacer el trabajo.
P: ¿Hay una posición común en el PP sobre la reforma de la financiación autonómica? ¿Son reconciliables las peticiones de Madrid con las de Andalucía o Galicia?
R: Han sido conciliables toda la vida, esto tiene que ser un modelo que se apruebe por unanimidad, al menos en el foro interno de trabajo. Ellos no votaron nuestro modelo. Creo que Emiliano García-Page dijo que esto no tiene más arreglo que llegue el Estado y de su parte ponga dinero, nadie pierde y los que necesitamos ganar, ganamos. Hasta ahora se ha hecho así siempre. Cuando pierdes recaudación, no es buen momento, es lo que pasó en 2008, los fundamentos se cayeron y perjudicaron a las comunidades que estaba creciendo, las del Mediterráneo.
P: ¿Y a las del PP?
R: Sí, luego se manipularon las poblaciones ajustadas y todo lo demás. No es fácil, pero se lo tiene que trabajar el Ministerio, el único que tiene herramientas, no es un problema de partidos políticos, porque los territorios, la financiación de servicios básicos, no tiene que ver con colores, tiene que ver con necesidades ciudadanas, esto sí que es estructural.
P: ¿Contempla el PP un adelanto electoral de Pedro Sánchez antes de que el Gobierno se vea obligado a aprobar recortes?
R: Pedro Sánchez tiene el botón rojo y convocará elecciones cuando mejor le venga. Mi primera sensación es que van a ser en enero de 2024: el segundo semestre de 2023 es la Presidencia europea y no parece que sea oportuno convocar elecciones, sería cuando venciera. Lo hará cuando quiera y lo que hay que estar es preparados.
P: Tras las elecciones de mayo en Madrid, el PP experimentó un importante crecimiento en intención de voto en todas las encuestas. Ahora, sin embargo, se percibe cierto estancamiento. ¿Está afectando la polémica por el congreso del partido en Madrid a la evolución demoscópica del PP?
R: Pues no lo sé, lo que sí es cierto es que estamos trabajando para convencer a los españoles de que somos una alternativa fiable y segura y lo de Madrid tiene fecha de caducidad.