Lo sabemos: después de un nacimiento dan ganas de correr a conocer al recién llegado, pero hay errores que pueden afectar a la mamá y al bebé que es necesario conocer para evitarlos.
Después de 9 meses de espera, es normal que familiares y amigos quieran conocer al recién nacido.
Incluso hay visitas que acuden al hospital, aunque poco a poco ha ido cambiando esta costumbre, y con la pandemia, más.
A pesar de que estas visitas se hacen con todo el cariño y buena intención, muchas veces hay errores que podrían hacer daño tanto al bebé como a la mamá, que se encuentra en pleno postparto.
Por eso escribimos este texto, para no caer en viejos errores que podrían perjudicarlos.
El postparto es un momento especialmente difícil para la madre, haya sido parto o cesárea.
El agotamiento es una de los principales factores que se suman a la falta de sueño, a las constantes desveladas para alimentar al pequeño, a los dolores que conlleva amamantar, a los cambios que está experimentando el cuerpo de la madre, que empieza a adaptarse hormonalmente, etc.
Para los bebés no todo es miel sobre hojuelas. El bebé está acostumbrado a la seguridad y tibieza del vientre materno, y de pronto se ve en un ambiente totalmente diferente: se están adaptando al oxígeno, al frío, al hambre y piden estar con la mamá para sentirse seguros.
Programar tu visita es fundamental, pues tomarán en consideración que pasarás a conocer al bebé y esto conlleva que cambie el funcionamiento del hogar.
Incluso podrías interrumpir el descanso tanto de la mamá como del bebé, y sabemos que las horas de sueño son valiosísimas en este momento.
Sobre todo en tiempos de pandemia. Sobra decir que lo mejor es abstenerse de estar en contacto con el recién nacido, pero si por alguna razón debes hacerlo, no olvides lavar bien tus manos con agua y jabón, aplicar gel antibacterial y no besar al bebé.
Si sospechas que tienes alguna enfermedad contagiosa, mejor deja la visita para otro momento.
Sabemos que la atención se va completamente hacia el bebé, y es normal, pero en este momento la madre está más sensible tras el nacimiento.
Reconoce el gran trabajo que hizo por traer un bebé al mundo, platica con ella, pregúntale cómo se siente. No olvides llevarle un pequeño detalle que sea sólo para ella. Te aseguramos que no lo olvidará.
Muchas personas están ansiosas por cargar al recién llegado, pero antes pide permiso para hacerlo y no lo beses por higiene.
Antes de cargarlo, asegúrate de que no acaba de comer, le van a cambiar el pañal o lo van a bañar para no interrumpir la rutina.
Llevar niños a conocer al bebé puede ser estresante para todos: para el bebé, para los niños, que pueden sentirse celosos de la atención que se le presta al recién nacido, para la mamá por los gérmenes que pueden llevar los pequeños y para las visitas.
Un error muy desagradable es prolongar la visita por mucho tiempo. Las visitas deben ser breves sin perjudicar la rutina de amamantamiento y sueño del pequeño.
Sabemos que son con buenas intenciones, pero muchos consejos pueden incomodar a la mamá. Incluso si se siente con ganas de recibirlos, puede que los olvide, dado el momento sensible por el que está pasando en su posparto.
Una mamá con un recién nacido no tiene tiempo de nada, ni de ir al baño... literal, así que seguramente no habrá podido preparar nada de comer.
Si vas a visitarla, aparécete con comida que sabes que le gusta o bien ayúdale a cocinar uno o dos guisados.
Puedes preparar una sopa o un arroz y eso le quitará un gran peso de encima, te lo garantizamos.
Los primeros días del posparto son tremendamente agotadores, por lo que los platos y la ropa pueden estarse acumulando.
Ayúdale a la mamá a lavar, a limpiar la casa, a regar las plantas o a hacer algo útil que tenga pendiente por hacer. Te lo agradecerá y no lo olvidará jamás.
Cuando visitamos a alguien pensamos que debemos ser atendidos, pero no dejes que la mamá mueva un dedo para atenderte.
Hazla sentir tranquila y sin presiones y asegúrale que estás ahí para acompañarla y ayudarla en lo que necesite.
Apóyala emocionalmente haciéndola sentir segura, que lo está haciendo bien, sobre todo si es mamá primeriza.
El miedo a estar haciendo las cosas mal incluso puede afectar la lactancia.
Deja que platique, que te cuente lo que quiera sin juzgarla y no olvides recordarle que todo es un proceso y que lo está haciendo bien.
En tu visita, una de las cosas que más te agradecerá la mamá es que cuides al bebé por unos momentos.
Cuida al recién nacido mientras ella come, se baña, pasa al baño o simplemente se toma unos minutos para salir a respirar aire fresco.
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