«Me despertaron gritos de ‘maricón’, así que decidí no salir de casa», explica el joven de 18 años. Sin embargo, más tarde, le llamaron del Ayuntamiento para que recogiera unos papeles. Fue entonces cuando el hermano de su madre le preguntó si iba a retirar la denuncia contra ésta. «Al responder que no, me dio un puñetazo en el lado izquierdo de la cara y empecé a sangrar». La agresión no quedó ahí, ya que su pareja le propinó un «guantazo» que le tiró al suelo, declara.
«Vamos a quemar la casa de tu abuela y tú vas a salir de ahí en una caja de pino», le espetó la mujer, que también agredió a su suegra tirándole de los pelos, según el testimonio deljoven.
Raúl observó entonces cómo su tío «se sacó del bolsillo un cuchillo» y le advirtió de que se lo iba a «hincar». Afortunadamente,en ese momento llegó la Policía Local y puso fin a la paliza. «No hicieron nada, me pidieron el DNI y ni siquiera detuvieron a mi tío, a pesar de que les dije que llevaba un cuchillo», apunta.
Lo siguiente que hizo Raúl fue acudir al médico para que le curara las heridas provocadas por la pelea. «Me explotaron las encías», comenta. Las horas que vinieron después las pasó junto a su abuela en el cuartel de la Guardia Civil de Fortuna, donde denunció lo que le había ocurrido.
«He pedido una orden de alejamiento porque tengo miedo de salir a la calle, ya no puedo ni salir de casa», lamenta Raúl.
El joven comenta que nunca había tenido problemas con su tío y asegura que es su madre la que está detrás de esta nueva agresión: «Ella le calentó la cabeza».
El abogado de Raúl, José Manuel Hernández, considera que su defendido ha sido objeto de un delito de lesiones y también de un delito de amenazas y coacciones.
«Recordemos, que en las denuncias interpuestas anteriormente, recibió amenazas por parte de la pareja de su madre». En concreto, el padrastro de Raúl le dijo que como pusiera la denuncia podía darse «por muerto», declaró en su día el joven. «No solo está recibiendo amenazas, sino que, además, las están cumpliendo, presuntamente claro», subraya el abogado.
La pretensión de la defensa es acumular el hecho sucedido ayer al procedimiento ya abierto y que, de conformidad con estos hechos, se puedan adoptar como medida de protección órdenes de alejamiento.
Raúl tiene intención de ponerse en contacto con el colectivo No Te Prives de Murcia para que le den apoyo tras los graves incidentes homófobos que ha sufrido. «Me han echado como a un perro a la calle, sin ropa y sin dinero», remarcaba el joven a esta Redacción hace dos semanas, al tiempo que aseguraba que no tiene «ni para recargar el teléfono», ya que su madre y su padrastro «se han quedado con todos mis ahorros, y llevo trabajando desde los 15 años».