Silvia Pinal y Pedro Infante nunca tuvieron un romance fuera de pantalla, pero uno de sus más aclamados proyectos es El Inocente, la película en la que protagonizan una graciosa historia de amor que comienza en la celebración de Nochevieja.
La Diva sólo llegó a trabajar con Infante en menos de una decena de cintas, entre ellas Un rincón cerca del cielo, Ahora soy rico y La mujer que yo perdí, pero la que se llevó los aplausos y risas, fue El Inocente (1956), en la que interpretan a dos jóvenes que, sin tener intenciones de hacerlo, se ven obligados a casarse por dormir en la misma cama.
La histrionisa interpreta a Mané, una joven bien posicionada. En vísperas del Año Nuevo, Mané y su novio se pelean, lo que la obliga a ella a viajar sola en su automóvil a Cuernavaca, en donde viven sus padres.
Durante el camino se presentan problemas con su vehículo, hasta que se descompone por completo en plena carretera. Ahí hace su aparición Cutberto Gaudázar, interpretado por Pedro Infante, a quien sus amigos llaman Cruci, por crucigrama. Él es un mecánico y se ofrece a revisar el automóvil de Mané, pero sólo comprueba que es algo grave y que no podrá repararlo en ese momento.
Siendo ya Nochevieja, él le ofrece llevarla de regreso a la Ciudad de México, pues es lo que queda más cerca. A la joven no le queda más que aceptar y llegan a su hogar.
Una vez que Mané se da cuenta de que es tarde y Cruci podría quedarse sin festejar el Fin de Año, además de que ella tendría que pasar esta importante fecha sola, decide invitarlo a celebrar juntos, a lo que el mecánico acepta sin esperar que todo terminaría en ambos estando completamente enamorados.
Durante su velada, ambos toman tanto alcohol que terminan durmiendo juntos en la cama de la joven. A la mañana siguiente, son los padres de ella (Sara García y Óscar Ortiz de Pinedo) quienes los descubren y se indignan. Mané es regañada por sus progenitores, quienes piensan que su honor sólo puede salvado si su hija se casa con el mecánico.
Esta decisión no tendría que afectar en sus futuros ni en sus sueños, pues ya que consideran a Cutberto como una persona de nivel inferior a ellos, aseguran que ese matrimonio no podrá durar mucho, pues ponen en riesgo su posición social.
En la luna de miel, que es en Acapulco, Guerrero, es donde comienzan los pésimos tratos por parte de todos, lo que deriva en graciosas situaciones, aunque momentos difíciles para el mecánico, que terminan siendo un gran romance.
El éxito de esta película fue tal que estuvo por siete semanas en cartelera en el famoso Cine México. Además, Pedro de Aguillón ganó el Premio Ariel por Mejor Actor de Cuadro y fue adaptada en 1968 en el filme titulado Romeo y Julieta.
A partir de esta cinta fue que comenzaron los rumores de un supuesto romance entre Silvia Pinal y Pedro Infante, pues su química fue tan buena que se creyó que el romance de Mané y Cruci había logrado ir más allá de las pantallas.
Fue la protagonista quien tuvo que negar desde entonces que nunca existió ninguna relación sentimental entre ella y el Ídolo de Guamúchil, pues este fue uno de los últimos proyectos de Infante.
En su libro biográfico, Silvia confesó que en realidad sí tenían una amistad muy cercana, tanto así que el sinaloense pasaba mucho tiempo con la familia Pinal. Nunca se vieron como algo más ya que cada uno estaba interesado en otra persona.
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