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Permisos por nacimiento, así han evolucionado desde 1980

Dos tristes días. Era el permiso de paternidad -si bien aún no se llamaba así- recogido en el artículo 37b del Estatuto de Trabajadores de 1980, que reconocía por primera vez un derecho de este tipo, por nimio que fuera. Está claro que no favorecía la conciliación (a no ser que nos refiramos a la de las empresas consigo mismas) ni la equiparación de roles ni nada que se le pareciera. Pero fue el primer paso que dio España en este sentido, si bien los 27 años que transcurrieron hasta el siguiente hacen sospechar que se trató de un lavado de cara -dura- ante Europa. La Ley Orgánica 3/2007 para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres del Gobierno de Zapatero estableció por primera vez un permiso de paternidad con cara, ojos y 15 días, y el mismo Ejecutivo la amplió en 2009 a 28, si bien tal medida no entró en vigor hasta 2017 con Rajoy y años de retraso por falta de presupuesto.

Poco después, en 2018, con el Gobierno en funciones y presupuestos aprobados también por Rajoy, se pasó de cuatro a cinco semanas. Pero fue en 2019 cuando la Administración de Sánchez aprobó su decreto ley, el que equiparará, por fin, y si las circunstancias lo permiten, el permiso de nacimiento de un menor -nueva denominación no heteronormativa- para ambos progenitores en 2021.

Este modelo progresivo es uno de los más avanzados de Europa: establece que a partir del 9 de abril de 2019 el permiso de paternidad se ampliaría a ocho semanas, a 12 el 1 de enero de 2020 y a 16 en 2021, alcanzándose así la equiparación total con el de maternidad ternidad de Europa y el peor de maternidad», ironiza Xavier (nombre figurado), miembro del comité de empresa en una multinacional con sede en Barcelona. Con su primera hija, ahora de 4 años, se cogió las dos semanas que le permitía la ley. Su mujer le cedió parte de las suyas, pues el permiso de maternidad era entonces parcialmente transferible, cualidad que ya no tiene. Según la plataforma igualeseintransferibles.com, esta característica aumentaba la desigualdad: solo un 3% de los padres se dejaba transferir tiempo de cuidado de las madres.

Cuando fue padre por segunda vez, hace nueve meses, Xavier no se lo pensó. ''Pedí las dos semanas que eran obligatorias cuando nació mi segunda hija, más las seis voluntarias. Me lo dieron, pero no me pusieron buena cara. Creo que decir que los padres se están cogiendo masivamente el permiso de paternidad lleva a confusión. La mayoría se toma las semanas obligatorias, sí, pero las voluntarias no'' añade.

La misma sensación le ha quedado en el cuerpo a Diego, trabajador de otra gran multinacional del sector de la automoción. ''No les gustó, e incluso me insinuaron si no se podía coger mi mujer reducción de jornada. No te pueden decir que no, pero te ponen mala cara. La mayoría de padres no usa todo el permiso por miedo a las represalias'', explica.

Permisos por nacimiento, así han evolucionado desde 1980

Xavier lo resume así: ''Estamos experimentando lo que han vivido las mujeres hasta ahora: querer ejercer como progenitor te puede frenar en tu carrera profesional. Si además te coges reducción de jornada te arrinconan''.

Fuentes de la CEOE explican a Yo Dona que ''los empresarios se acogerán a esta medida como lo hacen a todo lo referente a los derechos de los trabajadores''. Pero preguntada sobre la reticencia que muestran algunas empresas, afirman que ''el hecho de que el tejido industrial español esté compuesto principalmente por pymes y pequeña empresa familiar haría necesaria más ayuda de la Administración''.

Según datos de la Seguridad Social, en 2017 se tramitaron 268.328 procesos de maternidad y 264.632 de paternidad. En 2018 fueron 252.706 los de maternidad y 255.531 de paternidad. Que se solicitaran más de los segundos se explica «porque hay mucho más paro femenino, y muchas mujeres dejan de trabajar al ser madres», explica desde PPiiNa su presidenta, Virginia Carrera.

Creada en 2005, esta asociación agrupa a más de 150 organizaciones y personas con un objetivo único: «Conseguir la reforma en España del sistema de permisos de maternidad y paternidad de manera que estos sean iguales, intransferibles y pagados al 100% para cualquier persona progenitora». Si bien todavía no hay datos globales de 2019, entre abril y diciembre de dicho año se cursaron 185.077 prestaciones por nacimiento y cuidado de menor por el primer progenitor, habitualmente la madre, y 182.272 por el segundo (en la mayoría de los casos, el padre). De las primeras, 2.805 han sido compartidas en el tiempo con el segundo.

Desde CCOO, Elena Blasco Martín, secretaria confederal de Mujeres e Igualdad, advierte que «la equiparación de permisos, iguales e intransferibles y remunerados, y por tanto, la ampliación del permiso de paternidad, es un elemento clave de corresponsabilidad en el empleo, pero no el único. Debe ir acompañado de políticas de coeducación que fomenten dicha corresponsabilidad en la escuela y de servicios de atención públicos, de calidad y accesibles a todos».

En este sentido, Xavier añade también que ''muchos padres no se cogen todo el permiso porque no quieren. Existe la normativa, pero quizás aún no la cultura». Así lo corrobora el encargado de Relaciones Laborales de una empresa minera que tampoco quiere dar su nombre: «Aquí, para muchos, si la mujer no trabaja o simultanean el permiso, en realidad se están tomando vacaciones''.

Según la Encuesta de Población Activa del cuarto trimestre de 2019, en España hay 2,6 millones más mujeres registradas en el paro que hombres, y estas se dedican al cuidado de otras personas en una proporción 20 veces superior a ellos. De ahí la importancia, según expertos en la materia, de que el permiso no sea simultáneo. «Es la manera de que realmente se repartan los cuidados, se desdibujen los roles y se eliminen las etiquetas», explica Virginia Carrera.

el nuevo permiso tendrá a partir de abril de 2021 idéntica duración para los dos progenitores: 16 semanas

Además, añade, ''para un padre primerizo está bien simultanear para aprender conjuntamente a cuidar del menor, pero si es su segundo o tercer hijo no tiene sentido. Lo lógico sería que se pudieran disfrutar los permisos de manera sucesiva para evitar la guardería, por ejemplo''. Detrás de esta postura gubernamental, añaden desde PPiiNA, no parece haber una justificación clara.

Entender el nuevo permiso por nacimiento y cuidado de menores no es fácil. Su duración es para las mujeres de 16 semanas y para los hombres de 12 -se equipararán a partir de abril de 2021-, de las cuales cuatro -seis a partir de 2021- son obligatorias e ininterrumpidas, y ocho -10 a partir de abril de 2021- voluntarias y a disfrutar como semanas completas hasta los 12 meses del bebé. En caso de parto múltiple, hay dos días más por hijo.

Belén F. es abogada y responsable de Relaciones Laborales de una multinacional alemana en España «en la que absolutamente todos los jefes se han cogido la baja por paternidad». Belén explica que «la parte no obligatoria debe comunicarse a la empresa con una antelación mínima de 15 días y su disfrute a jornada completa o parcial requiere un acuerdo entre la empresa y el trabajador». Así, en muchos casos, si la compañía muestra reticencias, «al final es el empleado el que acaba agachando la cabeza, no te vas a meter a pleitear», ilustra Raúl, trabajador de una pyme madrileña, que considera que se debería informar a la empresa con antelación, pero no tener que llegar a un acuerdo con ella.

La parte más complicada es, en cualquier caso, la del permiso de lactancia, otra novedad introducida por el decreto ley. Se establece que ambos progenitores pueden beneficiarse de él hasta los nueve meses del menor y desde la finalización del permiso de maternidad o paternidad, y consiste en 30 minutos de reducción de jornada o una hora de interrupción de la misma.

''Excepcionalmente'', añade la abogada laboralista, ''se puede alargar hasta los 12 meses si ambos progenitores la disfrutan de la misma manera. En este caso, hay derecho a un subsidio de la Seguridad Social que se abona a uno solo de los progenitores''. También se puede optar por la compactación, calculándose la lactancia sobre los días laborables del empleado.

Farragoso, dice la PPiiNA, que habla, además, de trampas. «¿Por qué se ha perdido el derecho a tomar el permiso a tiempo completo sin acuerdo con la empresa? ¿Por qué tanta flexibilidad para cogerse el permiso por semanas, hasta incluso semanas sueltas, pero muchas trabas para cogérselo en bloque, jornada completa, o relevándose entre los progenitores?», lanza Carreras. Así, añade, «desde que se implementó la norma hemos visto a padres que se cogen todo el permiso tras el nacimiento para no tener problemas administrativos, otros que se toman la parte voluntaria en navidades, para no enfrentarse a problemas con la empresa, parejas que no pueden turnarse por el real decreto y mujeres que tienen que cogerse jornadas reducidas y excedencias. La ley prohíbe a los padres turnarse durante las semanas obligatorias y al mismo tiempo permite que las empresas les planifiquen el permiso''.

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