Un hombre de 35 años, que vivió toda la vida con su mamá y siempre tuvo una mala relación con su progenitor (plagada de violencia física y verbal, y abusos relacionados con el consumo de estupefacientes), fue autorizado por la justicia de Rosario a cambiar su apellido paterno por el materno.
La medida fue dispuesta por la jueza en lo civil y comercial Mónica Klebcar tras el planteo del solicitante en base a los pormenores que tuvo que padecer durante su infancia y adolescencia,
Según informó el portal Tiempo de justicia, el peticionante –a través del estudio jurídico de Gabriela Robledo, Cecilia Jaimez y Malcon Perucca– relató que vivió toda su vida con su mamá, quien fue la única que realmente se interesó por su cuidado.
Contó que hasta los dos años vivió con sus dos padres en Córdoba hasta que su mamá decidió mudarse con él a Rosario, donde reside hace más de 30 años, debido a la violencia y los delitos que cometía su papá, como robos y hurtos.
Además, sostuvo que cada vez que su padre lo veía esporádicamente en Rosario le ofrecía drogas.
La Ley que establece las normas sobre inscripción de nombres de las personas (Ley 18248) dispone que “después de asentados en la partida de nacimiento el nombre y apellido, no podrán ser cambiados ni modificados sino por resolución judicial, cuando mediaren justos motivos”.
La magistrada consideró que “el motivo invocado resulta suficiente para obtener un cambio en el nombre como se pretende, por encuadrar la situación configurada en los justos motivos y que autorizan a apartarse del principio de inmutabilidad del nombre”.
La fiscal de la causa consideró que “el cambio del apellido producirá un efecto sumamente favorable para la subjetividad de quien realizó el pedido de cambio de apellido” y la jueza hizo lugar al reclamo.
Para ello, la magistrada ordenó que se modifique la identidad del hombre en la partida de nacimiento otorgada por el Registro Civil de la provincia de Córdoba.
El de Rosario no es el primer caso que tiene lugar en la Argentina. Cabe recordar que en 2019 fue un menor oriundo de Esquel quien le pidió a la justicia sacarse el apellido de su padre por “el total desinterés afectivo de su progenitor” para llevar el de su madre.
La titular del Juzgado de Familia N° 1 de esa ciudad patagónica, Mariela González, escuchó su pedido, falló a favor y le exigió a su padre que siga respetando la cuota alimentaria fijada.
La Justicia valoró varios factores para llegar a esta decisión. El niño de Chubut manifestó no sentirse identificado con el apellido paterno, “a pesar de saber bien quién es su padre”. A su vez, el informe de la psicóloga constató que “evidencia un sentimiento de no correspondencia de amor por parte del progenitor, que impacta en su bienestar psicoemocional”. La jueza explicó que para la ley, el nombre de una persona “es un derecho y un deber”.
Entre los argumentos, la madre detalló que desde el embarazo su entonces pareja se mostró distante. Antes del nacimiento del niño no convivieron, recién en 2010 se mudaron juntos los tres con el objetivo de conformar una familia. “La relación duró pocos meses por desavenencias e incompatibilidades que los distanciaron cada vez más sin poder hacer frente a esos problemas”, explicó la jueza Mariela González en su resolución.
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