AdvertisementAdvertisement By Débora ReyAssociated Press | Nov 24, 2021at10:02 AM
BUENOS AIRES — El silencio que rodea la tumba contrasta con el ruido ensordecedor que fue su vida.
Diego Maradona, uno de los más grandes futbolistas de la historia, está enterrado junto a sus padres en el sector A del cementerio privado Jardín Bella Vista, en las afueras de Buenos Aires, desde que un paro cardiorrespiratorio le provocó la muerte a los 60 años el 25 de noviembre de 2020.
AdvertisementSalvo familiares directos y personal del camposanto —enclavado en un barrio humilde de casas bajas— nadie puede acercarse a su tumba, extraña paradoja para un ídolo popular que pasó la mayor parte de su vida rodeado de fanáticos.
Nada indica que allí descansan los restos del argentino más famoso de la historia. La única referencia está del otro lado de la frondosa arboleda que cerca al cementerio: un mural que retrata episodios de su carrera, como el segundo gol contra Inglaterra en el mundial México 86, y un mensaje: “Todos queríamos un poco de él, pero fue él quien se llevó un poco de nosotros”.
AdvertisementMientras los “maradonianos” todavía lloran, su vida disipada le sigue pasando facturas a un año de su muerte. Dos reclamos por paternidad están pendientes en la justicia; sus hijos reconocidos aguardan por una herencia que no se sabe con certeza a cuánto asciende y una mujer cubana denunció recientemente que fue violada por el exfutbolista.
A su vez sigue en trámite una investigación para determinar si Maradona murió por causas naturales o fue víctima de negligencia médica.
Maradona tiene cinco herederos reconocidos: Dalma, Gianinna, Diego Fernando, Jana y Diego Junior. Los tres primeros nacieron de parejas estables del exjugador, que los reconoció de inmediato. Los restantes son hijos extramatrimoniales y fue la justicia, pruebas de ADN mediante, la que determinó la paternidad de Maradona.
Hay otros dos reclamos en trámite iniciados por mujeres que afirman ser hijas de Maradona. A pedido de la justicia, se guardaron varias muestras de ADN del Diez a fin de dar respuesta a demandas presentes y futuras.
La sucesión de Maradona no ha concluido porque no se sabe a cuánto asciende su fortuna.
El 19 de diciembre está prevista una subasta de propiedades, automóviles de alta gama y objetos de su colección personal, desde camisetas, botines y aparatos para hacer ejercicios físicos, según el detalle difundido por el Grupo Adrián Mercado Subastas, a cargo de la operación. Lo recaudado será repartido entre los hijos reconocidos.
Los herederos, además, iniciaron acciones legales contra el abogado Matías Morla, último representante del Diez, por la propiedad de la marca Maradona.
La cubana Mavys Álvarez declaró ante la justicia argentina la semana pasada que durante los casi cinco años de relación con Maradona en la isla el exfutbolista la sometió a violencia física y sexual y la introdujo en la adicción a las drogas. En ese entonces ella era menor de edad.
El vínculo amoroso surgió en 2000 cuando el astro viajó a Cuba invitado por Fidel Castro para tratar su adicción a la cocaína luego de sufrir una sobredosis que lo dejó al borde de la muerte.
Sostuvo también que en 2001 fue traída a Buenos Aires sin el consentimiento de sus padres para el partido despedida de Maradona. Durante su estadía, según el relato, fue sometida a una operación de implantes mamarios contra su voluntad por insistencia del propio astro. Como el ingreso al país habría sido irregular, la justicia argentina inició una investigación preliminar por supuesta trata de persona con fines sexuales contra allegados al exjugador.
“Es duro estar en su país, ver que está en todos lados. Que es un ídolo y a la misma vez se siente feo todo lo que recuerdo de él como persona”, dijo Álvarez tras ratificar su versión ante la justicia.
Maradona no puede ser juzgado, pero la declaración de Álvarez abrió el debate: ¿puede separarse el genial futbolista del hombre que fue?
Advertisement“A mí me parece también controvertido el hecho de que se siga a una persona que tiene ese tipo de conducta”, opinó la joven cantante y compositora argentina Nicki Nicole. “¿Escucharías a un artista que es un maltratador? Yo no”.
Siete profesionales de la salud están imputados por presunto homicidio con dolo eventual en la causa judicial que investiga la muerte de Maradona. Entre ellos el neurocirujano y médico de cabecera del “10″, Leopoldo Luque; la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo Carlos Díaz (29) y dos enfermeros que cuidaban al paciente al momento de su muerte en una casa de las afueras de Buenos Aires.
La acusación se basa en el informe de una junta médica interdisciplinaria según la cual Maradona no recibió la atención médica adecuada para un paciente de alto riesgo con un cuerpo castigado por la adicción a las drogas y el alcohol.
Varios testigos declararon que en los días previos a su fallecimiento estaba deprimido, no comía y se negaba a recibir medicación.
En el libro “La salud de Diego”, el periodista y médico Nelson Castro afirmó que Maradona fue enterrado “sin el corazón” al parecer para preservar una prueba fundamental en la pesquisa por su muerte. Ni la justicia ni la familia desmintieron al autor del libro publicado hace pocos días.
La causa será elevada a juicio en los próximos meses.
“A mí nadie me va a devolver a mi papá, lo tengo claro, pero mínimo, justicia”, exigió Dalma Maradona, una de sus hijas.
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