Por Damián Serrano Martínez.
Es probable que gran parte de nosotros nos hayamos preguntado alguna vez qué tipo
de sangre tenemos, qué significa y por qué. Seguramente por el interés a la hora de donar sangre o de recibirla, debido a la necesidad de compatibilidad.
En los seres humanos, el grupo sanguíneo puede ser A, B, AB ó 0, y diferenciarse además en su Rh pudiendo ser éste positivo o negativo. Un total de ocho tipos de sangre.
Lo que significa que la sangre sea A, B, AB ó 0 es la existencia o no existencia (en el caso del grupo 0) de antígenos en la superficie extracelular del glóbulo rojo, siendo un antígeno como una “tarjeta de identificación” del glóbulo rojo hacia el sistema inmunitario de la persona. Si éste no reconoce el antígeno (el grupo 0 al no presentar antígeno no posee este problema) el sistema inmunitario atacará a esos glóbulos rojos extraños para él.
Por ejemplo, una persona con grupo sanguíneo A, será compatible con otra del grupo A y del grupo 0. Una persona del grupo AB será compatible con cualquiera ya que reconoce ambos antígenos, y una del grupo 0 sólo con los de grupo 0.
Pero esto no es del todo cierto, ya que además hay que sumarle el factor Rh, positivo o negativo, que también nos indica la presencia de otro antígeno, positivo si se encuentra, negativo si no. Dando como resultado que los grupos sanguíneos con Rh positivo sean compatibles con los Rh positivo y Rh negativo, y los Rh negativo sólo con ellos mismos.
Ya podemos completar mejor el ejemplo anterior. Si nuestro grupo sanguíneo es A+, podremos recibir sangre de los grupos A+, A-, 0+ y 0-. Pero si es A- sólo podremos recibir de los grupos A- y 0-. De esto se extrae que el donante universal sea el grupo 0- y el receptor universal el grupo AB+.
Nuestro grupo sanguíneo viene determinado por nuestros genes, heredados de nuestros padres. Un gen con tres alelos (A, B o 0) es el que determina nuestro grupo. Pero nuestro genoma esta formado por parejas de genes, por lo que el caso del grupo sanguíneo viene determinado por un gen de nuestro padre y otro de nuestra madre. De estos alelos, A y B son dominantes, y el 0 es recesivo.
Esto quiere decir que si nuestro genotipo (genes) es A0, nuestro fenotipo (expresión de los genes) será A. Y si el genotipo es AB debido a la codominancia el fenotipo será AB.
Entonces las personas de grupo A, genotípicamente podrían ser AA o A0, las B serían B0 o BB, las 0 sólo 00 y las AB presentarían un alelo paterno A y otro B.
Un ejemplo, si tenemos un padre B (BB) y una madre A (A0), su descendencia podría ser AB o B (B0). Otro ejemplo de un padre A (AO) y de una madre B (BO) podrían tener descendencia AB, A (A0), B (B0) y 0 (00). Esto es resultado de la combinación de uno de los dos genes del padre con uno de los dos de la madre.
La herencia del factor Rh es más complicada y presenta varias teorías que no entraremos a discutir.
A modo de curiosidad, conocer que en España la proporción de cada grupo sería: A+ 35 %, A- 7%, 0+ 36%, 0- 9%, B+ 7%, B- 2%, AB+ 3%, y AB- 1%.
Un dato llamativo es que el origen del alelo B proviene de las llanuras de Mongolia, donde se ha encontrado en mayor proporción. También, como apunte a resaltar, en países como Japón (con una proporción muy distribuida de tipo de sangre) es común en el currículm preguntar el grupo sanguíneo ya que lo asocian a características de la personalidad. Incluso existen dietas basadas en el grupo sanguíneo como las de James y Peter D’Adamo.
Tabla de compatibilidad :
Además, aquí os dejo una página que ahonda en todo este tema.