El 31 de agosto fue para Alexandra Rubio y su pareja uno de los días más felices de sus vidas. El nacimiento de Leire colmó de alegría a estos padres primerizos que en ese momento no sospechaban que estaban a punto de enfrentarse a un periplo administrativo que les iba a tener sin cobrar desde entonces. Y no son los únicos. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) sufre un colapso que está provocando retrasos de meses en el pago de las prestaciones de maternidad y paternidad. El ministerio que dirige José Luis Escrivá reconoce la situación y asegura que está tomando medidas para solucionarla; mientras, son muchos los hogares que se ven sin ingresos.
"Nosotros íbamos a casarnos el año pasado pero lo suspendimos por el coronavirus y estamos tirando de los ahorros que teníamos para la boda. Si no hubiese sido por eso, con nuestros sueldos y los gastos que tenemos, no habríamos tenido dinero. Vivimos al día", relata Alexandra, que sabe que sin ese resorte se hubiese visto abocada a recurrir a sus padres o a sus suegros para poder subsistir. En estos más de dos meses, ella solo ha recibido la ayuda para madres trabajadoras, una ayuda que depende de Hacienda y que consiste en 100 euros mensuales.
Los problemas de esta madrileña comenzaron ya en el Registro Civil. En la oficina de Fuenlabrada, donde reside, le denegaron la inscripción de la niña alegando que, pese a estar empadronados en el municipio, su pareja figura en una dirección –el domicilio familiar– y ella, en otra –el de sus padres–. En la sede de Móstoles eso no fue impedimento, pero allí necesitó cita previa y no se la dieron hasta el 27 de septiembre."¿Cómo siendo el mismo organismo del Estado no se rigen todos por los mismos criterios?", se queja esta mujer, que hasta no tener ese trámite resuelto no pudo pedir las prestaciones, unos pagos que aún no han cobrado. "Si no tienes ahorros, ¿qué haces? ¿Te mueres de hambre? ¿Robas?", clama.
En el momento en el que nace el bebé y los progenitores piden la baja de maternidad y paternidad, la empresa para la que trabajan deja de pagarles el sueldo y es el Estado el que se hace cargo de su remuneración. Igualmente es el INSS el que se ocupa de abonar las prestaciones de los padres que estén percibiendo el paro. A causa de la pandemia, las peticiones están teniendo que hacerse de forma telemática y los solicitantes se quejan también de las dificultades que encuentran para contactar con alguien de la administración a quien poderle preguntar o reclamar.
Los retrasos que se están produciendo pillan a estas familias en un momento en el que las facturas se disparan. A la hipoteca o el alquiler, el coche y el resto de desembolsos habituales, la llegada de un niño a casa suma la compra de cantidades ingentes de pañales, ropa, leche de fórmula si no hay posibilidad de darle el pecho... y algo igual de importante que la mayoría de los afectados contactados por este diario mencionan: las vacunas.
"Las hay que no entran dentro del calendario pero que es bueno ponérselas porque no quieres que enfermen. Por ellos haces cualquier cosa y si es necesario te lo quitas de otro lado. Yo ya he pagado una de 70 euros la dosis, y son tres, y este mes nos toca otra de 100 euros, que es de dos inyecciones", cuenta Bárbara Suárez. Esta joven dio a luz el 23 de agosto y su expediente y el de su marido siguen en estudio, según puede comprobar cada vez que entra en la web de la Seguridad Social: "Hemos preguntado en la gestoría si habíamos hecho mal algún trámite y nos han dicho que no, que llevan un retraso de casi cuatro meses".
Esta pareja también se encuentra fundiéndose unos ahorros que, sin ninguna entrada, no dejan de bajar. "Gracias a que tenemos ese colchón. Me pregunto cómo estará viviendo la gente que no lo tenga. Cuando a ti te reclaman un pago tienes que abonarlo enseguida, si no te llega con intereses de demora o incluso te embargan", afirma esta madre, que con su primer hijo, nacido en 2018, no tuvo este tipo de problemas.
Tampoco los tuvo hace cuatro años Roberto Pérez. Pero ahora, con su segundo bebé, es otro de los damnificados por el atasco burocrático. "Teníamosahorrado muy poco y justo tuvimos que hacerle unas reparaciones al coche. El único ingreso que tenemos es el subsidio que cobra mi mujer, que es muy bajo. Mis suegros nos están ayudando pero no es plato de buen gusto tener que depender de los demás", manifiesta. Este hombre pidió la prestación hace un mes pero ante las noticias que le lleganteme que el cobro se alargue.
El 1 de enero, el permiso por nacimiento y cuidado de menores para los padres se elevó a las 16 semanas que ya tenían las madres. El objetivo es fomentar la igualdad, pero estas trabas no lo favorecen. Roberto de hecho se plantea si actuó bien al coger la baja: "Si lo llego a saber lo mismo habría seguido trabajando. Al menos sé que el 30 de cada mes tengo mi nómina".
En la lista de perjudicados está también Patricia, que pide ser identificada solo por el nombre. De baja desde el 12 de julio a raíz del embarazo, su contrato finalizó el 27, diez días antes de ponerse de parto; diez días que tampoco ha cobrado pese a haber aportado toda la documentación al INSS el 6 de agosto. "Después de varias citas telefónicas" sabe que "todo está bien entregado" y desde finales de octubre su petición aparece como resuelta en la web del organismo público, pero todavía no la ha recibido.
Tampoco sabe nada de su prestación de maternidad y lleva más de tres meses "sin percibir ni un euro". Con su chico por suerte el procedimiento sí ha funcionado y también cuentan con un colchón económico pero no puede evitar preguntarse qué habría pasado si vivieran al día y si él tampoco hubiese recibido la transferencia: "¿Le decimos al casero que hable con el INSS? ¿Hacemos lo mismo en el supermercado o en la gasolinera? Es una pasada. El sistema está colapsado y la gente depende de él".
Este colapso ha llevado en determinados casos a que algunos solicitantes hayan recibido los ingresos incluso después de haberse reincorporado a sus puestos de trabajo. Así lo confirma el relato de Pedro, que prefiere no ser mencionado por su nombre real. Su hija nació a mediados de abril y contrataron un servicio de gestión dela documentaciónen el hospital, que presentó todos los papeles en mayo. "Yo en principio me cogí diez semanas y me las pagaron la segunda quincena de julio, un mes después de acabar esa primera baja. Luego cogí otras cuatro semanas en julio que me han pagado en octubre. Tenemos dos semanas más que pedí en septiembre, para poder conciliar con la vuelta al cole de nuestra otra hija, y aún no las hemos cobrado", explica.
"Mi mujer no trabaja, el sueldo que entra en casa es el mío. Nosotros, previendo esto, pedimos un crédito para poder hacer frente a los gastos del día a día: hipoteca, alimentación, las actividades extraescolares de la mayor...", continúa y admite que "poco a poco se va solucionando" la situación, pero han tenido momentos en los que pensaban que no iban a cobrar.
La historia se repite con María y Carlos, igualmente nombres ficticios. Este matrimonio tuvo a su tercer hijo el 24 de junio pero tras varios intentos y problemas telemáticos no lograron presentar la solicitud hasta casi un mes después. Pese a la recepción de un e-mail de confirmación, a finales de agosto intentaron ponerse en contacto con la Seguridad Social porque en su página figuraba que no se había recibido ningún expediente a su nombre.
"Ahí empieza un periplo en el que entras en bucle. No te dan cita ni presencial ni telefónica y es desesperante porque la web te informa de unos teléfonos y los teléfonos te remiten a la web. Envío varios correos y me contestan a todos, pero me vienen a decir que hay demora y que no pueden comprobar el estado de nuestra petición porque la hicimos sin certificado digital", recuerda María, que al final cobró a finales de octubre, casi 15 días después de haber terminado su baja maternal. "Estas gestiones deberíamos hacerlas en el bar que allí no hay ni restricciones ni aforos ni nada", concluye con ironía.
Todos estos casos han sucedido en la Comunidad de Madrid. El ministerio apunta que el tiempo de trámite de la prestación no es homogéneo en todas las provincias, "puesto que las más deficitarias de personal encuentran mayores dificultades para absorber su volumen de entrada", y cita expresamente a la región madrileña. Desde la cartera de Escrivá alegan que la Seguridad Social ha perdido al 20% de su plantilla en los últimos diez años con "la congelación de las tasas de reposición del Gobierno del PP", y agregan que la pandemia afectó al desarrollo normal de la actividad, "provocando retrasos que la entidad arrastra desde entonces".
Según el ministerio, el plazo medio de resolución es de unos ocho días desde la recepción del último documento por parte del ciudadano, si bien enumera varias cuestiones "a tener en cuenta": que "son las empresas las que deben enviar al INSS el certificado correspondiente"; que debe recibirse información "completa y puntual" del Registro Civil; que son dos las nóminas que se generan, "de manera que los pagos que no han entrado en una deben esperar a ser incorporados en la siguiente", y que en el proceso intervienen otros organismos.
Conscientes de la precaria situación en la que estánmuchos hogares, las mismas fuentes afirman no obstante estar tomando medidas "relacionadas con la automatización de procesos y simplificación de trámites que permitan una reducción de cargas de trabajo con el fin de agilizar la gestión".
A la espera de esas soluciones, la indignación de decenas de familias crece a medida que pasan los meses. "Caos", "vergüenza" o "desastre" son algunos de los calificativos que utilizan para definir una situación que cada vez se les hace más insostenible.