Panteón de donde sacaron a Tadeo, con accesos clandestinos

La poca vigilancia en panteones de la capital ha permitido que cualquier persona pueda ingresar derribando parte de los muros perimetrales o rejas, por donde pueden saltar al interior sin ninguna restricción.

Las malas condiciones se pudieron notar en cementerios como San Nicolás Tolentino y San Lorenzo Tezonco, en Iztapalapa, donde las bardas tienen hoyos grandes y a su alrededor pudo percibirse un olor a animal muerto y objetos visibles usados para la santería.

“Aquí vienen a hacer un montón de cosas, dejan cajas con perros sin cabeza, gallos, de todo”, dijo uno de los trabajadores de un almacén que se encuentra sobre la calle Panteón, a un costado de San Nicolás Tolentino.

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Según el testimonio, “vuelven a hacer los hoyos, y digan que ya tiene rejas arriba [de la barda]”.

Este problema se encontró en ambos cementerios. Las personas derriban pedazos de las bardas que delinean el perímetro para ingresar por las noches.

Testimonios recabados refieren que esto comúnmente lo realizan personas que se dedican a la santería, pues arrojan diferentes objetos y efigies.

Una de las personas señaló que sobre la calle Panteón, al lado de San Nicolás Tolentino, la barda duró cuatro meses con un agujero, luego fue tapado, pero volvieron a hacer otro.

En San Lorenzo Tezonco, las personas no han escuchado sobre el robo de huesos de las tumbas, pero saben que cualquiera puede ser corruptible.

“Vemos muchas tumbas abiertas, pero no sabemos si es porque se los roban o los familiares ya se llevaron los cuerpos”, dijo un señor que visitó a su padre en San Lorenzo Tezonco.

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En un recorrido por este cementerio se constaron varias fosas abiertas, con ropa en su interior, basura u otros objetos.

Esto, según visitantes, genera una incertidumbre pues no saben si acabó el ciclo de los cuerpos en el panteón, que es de siete años, o alguien los profanó.

Este panteón sólo cuenta con tres veladores, todos de la tercera edad, dijo una persona de la administración del camposanto, hasta donde arribó una persona a reclamar que la tumba de su familiar tenía huecos y no terminaron de taparla.

La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, informó que no ha recibido reportes de robo de osamentas o hechos similares como el ocurrido con el bebé Tadeo, cuyos restos fueron sustraídos del panteón de San Nicolás Tolentino y trasladados a un penal en Puebla.

Adelantó que el viernes recorrerá los panteones de la alcaldía para conocer las condiciones e implementar la estrategia de vigilancia y seguridad que realizará en la zona, incluso con el uso de drones.

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Por su parte, el alcalde de Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil, apuntó que reforzará la vigilancia en cementerios: “Hay quienes se dedican a hacer otro tipo de actividades y su materia prima es otra, son fosas, por lo que hay que vigilar más.

“Eso lo estamos definiendo en las mesas de seguridad que tenemos todos los días en las alcaldías, para que se pueda tener una vigilancia permanente”.

Falta vigilancia y limpieza

Ante la propuesta de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, de que esta semana la Consejería Jurídica presentará el proyecto para actualizar el reglamento de panteones de la capital, Brugada y Chíguil coincidieron en que es urgente brindar mayor vigilancia.

Entre los problemas detectados se encuentran la modernización en los sistema de digitalización de los registros que aún se realizan con máquinas de escribir, acciones de limpia y combatir la apertura ilegal de fosas.

El alcalde en Iztacalco, Armando Quintero, aseguró que la modernización del reglamento de panteones “es un tema muy delicado”, pues se ha intentado en tres ocasiones y se ha quedado trabado en el legislativo.

La morenista de Milpa Alta, Judith Venegas, aseguró que están conscientes de que se requiere de mayor vigilancia, “como lo explicó Quintero, no es de nosotros. Depende de las propuestas y de quienes lo aprueban”.

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Sin incidentes

En Tlalpan, a cargo de Alfa González, hasta el momento no han tenido ningún incidente de exhumación de cadáveres o robos en panteones. Lo mismo en Álvaro Obregón, de Lía Limón, quien indicó que no han detectado anomalías.