Los peruanos ahora podrán decidir si desean llevar su apellido materno antes que el paterno e inscribirlo así ante la Reniec, gracias a una nueva sentencia del Tribunal Constitucional (TC).
El artículo 20 del Código Civil señala que “al hijo le corresponde el primer apellido del padre y el primero de la madre”.
Según la interpretación de la Reniec, este artículo establecía que, al inscribir a una persona en el registro nacional, siempre debe ir primero el apellido paterno.
En ese sentido, exigían a los peruanos utilizar su apellido paterno seguido por el materno, o, de lo contrario, rectificar este hecho.
El TC emitió una nueva sentencia en la cual señalaron que interpretar el artículo 20 del Código Civil como lo estaba haciendo la Reniec es inconstitucional.
“El establecer la prioridad del apellido paterno por sobre el materno en la asignación del nombre vulnera el principio-derecho de igualdad por razón de sexo”, señalaron los magistrados del TC al respecto.
Asimismo, señalan que dicha interpretación “avala la cosificación estereotipada que ha tenido la mujer en el ámbito familiar”.
La interpretación del TC ahora deberá ser utilizada por la Reniec, por lo que, desde ahora en adelante, toda persona podrá elegir el orden de apellidos que desee.
Con esta sentencia, el Perú se une a otros países como España, Portugal y Argentina, donde se permite a los padres y a la misma persona elegir el orden de sus apellidos, en aras de proteger su derecho a la identidad y a la igualdad de sexos.
En el caso específico analizado por el TC, una joven había utilizado los apellidos de su madre toda su vida, al no haber sido reconocida por su padre.
Sin embargo, luego, su padre la reconoció, momento en el cual incorporó el apellido de su padre como su segundo apellido.
Al llegar a la mayoría de edad y realizar los trámites ante Reniec para obtener su DNI, la Reniec le solicitó modifique el orden de sus apellidos.
Sin embargo, la joven y su madre indicaron que ella siempre había utilizado su apellido materno como el primero y que modificar el orden de sus apellidos afectaría la identidad con la que se ha desarrollado toda su vida.