Raquel QuelartBarcelona
Tan sólo basta con una llamada de teléfono o rellenar una solicitud en internet para recibir en casa un kit que despeja con una fiabilidad cercana al 100% las dudas sobre una posible o falsa paternidad. El lote incluye varios bastoncillos, instrucciones y un formulario a cumplimentar por el destinatario. Ni siquiera es necesario aportar datos personales.
Según las compañías consultadas, las ventas de estos kits se han disparado en los últimos años aupadas por el progresivo abaratamiento de los precios –menos de 200 euros- y la posibilidad de recoger las muestras en casa y enviarlas, de manera anónima, por correo o mensajería al laboratorio. Al mismo tiempo, proliferan las empresas que ofrecen el servicio.
La combinación de discreción y anonimato es fundamental, según los expertos, para que cada vez más padres se decidan a resolver a través de esta vía la duda de si son o no los progenitores biológicos de sus hijos. De hecho, advierten, que alrededor del 15% de los tests de paternidad que se realizan actualmente en España evidencian que padres e hijos no tienen vínculo genético.
“Lo que es casero es la toma de la muestra”, matiza Mercedes Alemañ Romero, gerente y directora técnica de CeFeGen, uno de los centros que comercializa el kit y que ha constatado en el último año un aumento del 20% del número de test realizados –la mayoría de las peticiones son anónimas-. “La prueba en sí se hace en el laboratorio”, matiza, donde se analiza el ADN de las muestras aportadas para establecer si existe o no parentesco.
La prueba privada tiene “la misma fiabilidad” que una prueba con validez legal, comenta Alemañ, ya que todo el procedimiento analítico “es idéntico” y “todas las muestras entran codificadas al laboratorio”. Cualquier persona puede solicitar el análisis, si bien el solicitante tiene que indicar previamente la relación que se está investigando. Por ejemplo, si se trata de un padre y un hijo o un nieto y un abuelo.
El kit que recibe el interesado está compuesto por cuatro bastoncillos –dos para el hijo y dos para el padre-. Uno de los bastoncillos se frota en la cara interna de la mejilla izquierda durante unos 20 segundos y, el otro, en la mejilla derecha. Tras el envío de las muestras, en una semana aproximadamente el resultado llega al correo electrónico del interesado.
No obstante, hay otro tipo de muestras que se pueden aportar para la investigación de la paternidad. “Puede ocurrir que un padre no quiera que su hijo, ya un poco mayorcito, sepa que ha querido hacerse la prueba”, explica Alemañ. En este caso, también hay alternativa.
Otras muestras válidas pueden ser recortes de uñas, cabellos arrancados de raíz, un chicle, un chupete, un clínex con secreción nasal o ropa interior sin lavar. Aunque lo más frecuente es la saliva, Alemañ asegura que se puede obtener un perfil “casi de cualquier cosa que contenga un resto biológico”.
A pesar de que la solicitud de la prueba se pueda hacer de manera anónima, existen límites legales. El abogado especializado en filiaciones Enrique J.Vila advierte que sólo las personas que tienen la tutela legal de un menor pueden encargar una prueba de este tipo. En caso contrario, estarían incurriendo en un delito contra la intimidad del niño o de la niña.
Además, aclara que aunque uno de los dos progenitores se niegue a realizar el test, el otro está legitimado para solicitarlo. En este sentido no es necesario recoger una muestra biológica de la madre para conseguir un resultado fiable. Fuentes del sector señalan que es en los procesos de separación o divorcio cuando se acostumbra a pedir este tipo de análisis.
Si el resultado sale negativo, el afectado puede presentar una demanda de impugnación de paternidad y el juez puede eximirle de la obligación de pagar una pensión alimenticia para el menor o de atribución de domicilio familiar. Pero para que esto ocurra, hace falta la realización de una prueba de paternidad con validez legal, es decir, las pruebas privadas no sirven.
Para que sea aceptada en un juicio, debe garantizase “la cadena de custodia de la muestra”, explica Vila, es decir, desde que se toma la muestra hasta que se entrega al laboratorio –que debe estar autorizado por el Ministerio de Justicia para tales efectos-, un profesional acreditado tiene que estar presente y ratificar que un determinado perfil biológico pertenece a una persona en concreto.
Otra manera de llevar a cabo el proceso es que las dos personas acudan físicamente al laboratorio, donde se les extraerán las muestras y se las identificará correctamente. Luego, el perito o director del centro deberá ir a testificar ante el juez.
En internet prolifera todo tipo de publicidad de empresas y laboratorios que ofertan a partir de 145 euros pruebas de paternidad privadas, es decir, las que sólo sirven “para tranquilidad del alma”, como reza uno de los anuncios que corren por la red. “Hay que tener mucho cuidado”, avisa Enrique J. Vila.
El abogado explica el caso de una mujer y su supuesto hijo que se sometieron a un test de paternidad y coincidieron en 18 de los 18 marcadores genéticos que se analizaban en la prueba, que dictaminó que había parentesco. Afortunadamente también se sometieron a otra prueba que realizó otro laboratorio –de 25 marcadores y, por lo tanto, más precisa- que concluyó lo contrario.
Los expertos señalan que para que los resultados sean reproducibles el laboratorio tiene que seguir las recomendaciones de laInternacional de Genética Forense y utilizar reactivos validados por dicha sociedad. “Generalmente, las personas confían bastante en este tipo de prueba”, afirma la directora técnica de CeFeGen.
Mercedes Alemañ RomeroGerente de CeFeGen
No obstante, Mercedes Alemañ reconoce que algunos solicitantes del test de paternidad, tras conocer el inesperado resultado, preguntan: “¿No hay posibilidad de error? ¿Están seguros?”. Y afirma: “Si tienes un niño que lo quieres como tu hijo porque lo has criado tú y luego resulta que no es tu hijo biológico, es muy duro”.