En cuanto el test de embarazo confirma el resultado positivo comienza un nuevo periodo en la vida de la embarazada en el que hay que vigilar su bienestar y el del bebé. Durante toda la gestación hay una serie de pruebas médicas, analíticas y diagnósticas para comprobar que todo va bien. En ocasiones se repiten en cada trimestre y otras veces se realizan solo una vez. Estas son las que corresponden al primer trimestre.
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La primera cita con el médico en el embarazo tiene una fecha variable, pues la mujer la suele solicitar en cuanto se entera de que el test ha dado positivo. En todo caso, "se realiza antes de la semana 12 de gestación, entre la semana 7 y la 10", apunta la Dra. Inés Tamarit Degenhardt, directora de la Unidad de Diagnóstico Prenatal del Hospital Quirónsalud San José y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Lo que se trata de comprobar en esa visita inicial es que, efectivamente, el embarazo es viable y el número de embriones que hay. Para saber todo ello, se realiza una ecografía básica donde el ginecólogo debe poder percibir el latido cardiaco del bebé. En esa ecografía se comprobará también si se trata de un embarazo único o múltiple y, en este segundo caso, de qué tipo. Además, se indicará a la embarazada que se haga unas analíticas y se programará ya la ecografía de las 12 semanas.
La primera analítica es de orina y de sangre. En el análisis de orina se busca cualquier rasgo de infección o de proteínas y en el análisis de sangre se compureba si la madre está inmunizada frente a algunas enfermedades como la rubéola, la hepatitis o la toxoplasmosis. También se determina su grupo sanguíneo y su Rh, lo cual es de bastante importancia.
El triple screening es una prueba de cribado; esto significa que no diagnostica sino que ofrece una estimación de la probabilidad de que el bebé presente alguna alteración en sus cromosomas, por eso también recibe el nombre de cribado de cromosomapatías o triple test. Algunas de esas alteraciones genéticas son el síndrome de Down (trisomía 21), el síndrome de Edwards (trisomía 18) y el síndrome de Patau (trisomía 13).
Esta prueba se aplica a las embarazadas en la totalidad de centros, sean públicos o privados, entre las semanas 10 y 13 de embarazo. Dependiendo de los resultados que arroje, se deciden los pasos siguientes a tomar:
El test de ADN fetal en sangre materna no se realiza en la sanidad pública y tiene un coste elevado; además, puede ofrecer falsos positivos en la detección del síndrome de Down, "por lo que no debemos abandonar la realización de una ecografía detallada en la semana 12 y tampoco el triple test", recomienda la especialista.
El test de Coombs indirecto se realiza una vez por trimestre (semana 10-12, semana 24-25 y semana 32-34). Es una prueba no invasiva que permite saber si en la sangre materna hay anticuerpos que pudieran reaccionar contra los glóbulos rojos fetales. "Según el tipo de anticuerpos, pueden atravesar la placenta, llegar al bebé y destruir sus glóbulos rojos, causándole anemia", señala la experta de Quirónsalud.
Además, este test es muy importante en las siguientes gestaciones: "Si la mujer quedara nuevamente embarazada y el test de Coombs indirecto resultase positivo, se trataría de un embarazo de alto riesgo, que debería seguir un protocolo específico controlado por el ginecólgo", advierte.
Esta ecografía es una de las más importantes de la gestación. Se realiza entre las semanas 11 y 13. Además de medir la longitud del feto entre la cabeza y las nalgas (CRL), también se observan otros marcadores ecográficos que van a ayudar en la detección de anomalías cromosómicas en el feto.
En la ecografía de las 12 semanas se mide la translucencia nucal ("un acumúlo de líquido en la parte posterior del la cabeza del feto, cerca de la nuca", destaca la Dra. Tamarit). También se observan los huesos de la nariz y el ductus venoso con Doppler, "se mide el flujo a través de este vaso, dado que su anomalía puede poner también en la pista de determinadas cromosomopatías", señala.
Además, en esta ecografía se hace un detallado estudio anatómico del feto para descartar malformaciones graves y se calcula el riesgo de la madre de padecer preeclampsia. "Sigue siendo, por tanto, una ecografía de enorme importancia, aunque la paciente se realice un test de ADN fetal en sangre materna", aconseja la especialista en Diagnóstico Prenatal.
Muchas madres acuden a la sanidad pública y a la privada a la vez para hacer, por duplicado, las pruebas del embarazo. A menos que sea estrictamente necesario por la imposibilidad de llevar a cabo alguna prueba, los expertos no recomiendan esta duplicidad para evitar un estrés innecesario.
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